miércoles, 30 de julio de 2014

Vivi García, entrevista

En esta oportunidad, el encuentro es con una de mis maestras, quién me enseñó a poder jugar con las palabras, la posibilidad crear y re- crear (me) con ellas. El poder tranformador de las palabras. Pero también, fue la misma de quién aprendí a tomar las palabras en serio.-  Maestra dentro y fuera del aula.-
Me enseñó sobre los cuentos, y con ellos sobre la vida.- Persona noble, íntegra, ética, de una sincera actitud ante la vida.- Me ayudó a encontrar mi estilo dentro de la narración oral, y no sólo a encontrarlo, sino a respetarlo, defenderlo, y habitarlo.-
Me acompañó como docente y amiga en distintas instancias de la vida, por eso esta entrevista significa para mí, un encuentro muy especial, un diálogo que se me aloja justo aquí, en el corazón, junto con todo lo que a lo largo de estos años he recibido y he conservado. ¡Gracias Vivi García!...
Y ahora así, comparto la entrevista:



Te voy a preguntar por tu vivencia emocional respecto de tu oficio y vocación como narradora oral. Para vos: ¿Qué es “contar” y qué significa “escuchar/ser escuchada”?

Cuando empecé a contar en el aula, a mis alumnos de segundo grado, casi sin darme cuenta, combinaba la lectura con el relato oral, e iba abandonando cada vez más la lectura a medida que conocía el cuento porque iba observando qué sucedía con los chicos a la hora de escuchar un relato oral y un texto leído. La narración oral generaba en ellos una atención mayor. El libro siempre estuvo a la vista. Contar es entregar, regalar, compartir. Escuchar es recibir ese regalo que es la historia y todo el aporte del contador: mirada, gestos, silencios. Ser escuchada… ambas cosas: dar y recibir. Sin duda se cuenta con el que escucha.

Quien narra, ¿reescribe un texto?

Lo recrea. Humildemente creo que el narrador es un co-creador junto al autor. Toma la pieza literaria, se la apropia y la lleva a la oralidad con los cambios necesarios que la oralidad requiere: lenguaje coloquial, lenguaje gestual que permite el ahorro de texto, ensambles, etc. Sin abandonar la ruta que el autor marcó.

¿En base a qué motivaciones  armás tu repertorio a la hora de narrar?

Encuentro la historia, o ella me encuentra a mí, y si me enamoro la elijo, la transito, la recorro y la cuento. Mi GPS es corazón.


Jorge Dubatti suele hablar del “convivio” como un encuentro de presencias, de pasarla bien con otros, de incorporar al otro. Yo te vi narrar cantidad de veces, y justamente uno de los rasgos notables y absolutamente naturales  en vos es el modo en que siempre incorporás al otro en el escenario de las palabras.  Cuando como narradora vas al encuentro con otros, ¿sentís  que generás o se genera ese “convivio” del que habla Dubatti?

Sí. El narrador/a recién cuando está frente o entre el público está consciente de la historia indicada para ese momento único. Como si “leyera” en los otros la necesidad de tal o cual relato. El decidor debe estar “despierto”.

¿Qué lugar ocupa el silencio en la narración oral?

Ocupa el lugar de la palabra, quiero decir que un silencio dice mucho, a veces el narrador sólo nos mira, y nos comunica tantas cosas.

Las prácticas orales, ¿contribuyen al acercamiento con el texto literario? ¿De qué manera?

Sí. El relato oral es una invitación a la lectura, a escuchar la voz del autor. El narrador hace una adaptación, recrea la historia, y al citar el título, el autor está proponiendo una cita con el libro que contiene ese cuento, y descubrir otros.

Susana Ruiz, fue, tu maestra de narración oral. ¿Qué aprendiste de ella? ¿Qué significa para vos seguir “contando” con Susana Ruiz?


Conocer a mi primera maestra de narración Susana Ruiz, hizo un giro en mí y un despertar hacia la “necesidad” de narrar. Ella me mostró todo lo que un narrador debe tener en cuenta: espontaneidad, frescura, entrega sincera, austeridad, cercanía, libertad, trabajo con la historia. ¡Tantas cosas! Contar junto a ella es un privilegio, una fiesta. Cuando contamos juntas siento una profunda emoción porque podemos celebrar la palabra, y reírnos, y seguir soñando. Ambas estamos convencidas que un cuento escuchado puede cambiar muchas cosas.

Vivi, sos docente de narración oral, con muchos años ya llevando adelante el oficio en Manzana de Las Luces.  Recordaba aquel texto de Galeano, de “ventana sobre la memoria”, en el que habla de una ceremonia de iniciación en que un alfarero viejo ofrece al alfarero joven su pieza mejor, y que el alfarero joven no guarda la vasija perfecta para contemplarla y admirarla, sino que la estrella contra el suelo, la rompe en mil pedacitos, recoge los pedacitos y los incorpora a su arcilla. ¿Ocurre algo similar durante el proceso de enseñanza – aprendizaje entre el maestro de narración oral y el alumno?...

Sí, estoy convencida que cada contador de historias debe buscar dentro de si a su narrador interior. Bucear en él para encontrar su estilo, su forma de comunicar, sus palabras, su autenticidad. Debe entregar la historia desde el amor, desde la absoluta sinceridad. El narrador debe atreverse a jugar con la historia, con él, con los otros.

En tus clases, incluís no sólo cuentos, sino poemas, y también canciones. ¿A qué responde la diversidad de materiales ofrecidos?

Porque todos los formatos literarios cuentan. Ensamblarlos embellece cualquier relato. Cuando narramos, cantamos, recitamos, bailamos, miramos… estamos contando.

Sos narradora, pero además escritora. En tu libro “Los cuentos de la buena vida”, en el cuento titulado “Corazonada II”, nos das una idea, pero igual te lo pregunto: ¿Qué se necesita para contar un cuento?

Ganas, compromiso, juego, humor, amor, respeto…

En el mismo libro, en el “Pecado de leer” y también en “Las palabras brotan como margaritas silvestres”, referís uno de los períodos más oscuros de nuestra historia: La dictadura Militar. ¿Qué significó para vos escribir esas historias, repasando en tiempos democráticos aquellos acontecimientos?

Sólo intenté contar desde la desmesura, desde el absurdo tal vez, el horror de las prohibiciones y los abusos de esos tiempos.

En tu cuento “Sesenta años no son nada” rendís homenaje a Carlos Gardel, con un cuento para “leer y cantar”. ¿Qué te atrajo tanto de la figura de Gardel como para rendir este homenaje?


Quizá porque Gardel vino a mi vida de la mano de mi tío Roberto. Él me lo presentó, me lo mostro en una foto, me lo hizo escuchar por primera vez. Tal vez por el poder transitivo del amor, también lo quise y lo admiré a “Carlitos”. Pasó mucho tiempo, y hoy que escucho, bailo y estudio la historia del tango, sigo disfrutando de su voz, de sus películas, de su “imagen mito”. Y me sumo al imaginario colectivo: “cada día canta mejor”.

Ya me voy, pero antes quería hacerte una consulta. En tu cuento “De mí no sabrán nada”, hablás de la variedad de zapatos que observás en la gente. Los zapatos que llevo puestos en este momento tienen una puntera naranja, una tela tejida estampada con rayas, y un decorado en el talón con picos de distintos colores. ¿Algo para decir?

Sí, que esos zapatos pertenecen a una persona alegre, sensible, cálida.

Muchas gracias por estar para esta entrevista, y por estar siempre.

El agradecimiento es mío. Es una entrevista con tanto trabajo previo que fue un gusto responderla.

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 Acerca de Vivi García:














Nació en Buenos Aires. Es docente, bibliotecaria, productora de radio y Narradora Oral.
Es autora de varios libros para chicos, cuentos y novelas breves. En abril de 2007 presentó el libro para adultos "Los cuentos de la buena vida",
Escribe en diversos medios artículos sobre narración oral y de promoción de la lectura. En 1999 recibió el premio Pregonero otorgado por la Fundación El Libro de Buenos Aires, por el programa de radio para chicos “Requetecuentos”.  Como narradora ha participado en encuentros y festivales en el país y en el extranjero. Enseña a “contar cuentos” en La Manzana de Las Luces.  En el año 2010 recibió el premio nacional “Hormiguita Viajera”, otorgado por la biblioteca Madre Teresa de Calcuta, por promocionar la lectura y la literatura infanto-juvenil.

Pueden visitar su blog: http://vivitecuenta.blogspot.com.ar/

La revista Blablerías: revistablablerias.blogspot.com

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