miércoles, 20 de agosto de 2014

Laura Escudero, entrevista

La entrevista de hoy es con la escritora Laura Escudero... al leerla y releerla siento cada palabra que dice está cargada de una honestidad que se lee claramente, y a su vez cada palabra me provoca resonancias, que me ubican por delante y por detrás de cada una de ellas, que me dejan dando giros en el aire... Cada palabra de Laura talla una búsqueda en ella y en quién la lee, esto pasa en esta entrevista, como en sus libros... porque quizás, Laura Escudero, sea eso: una escritora honesta, que provoca con cada palabra, e invita a la incansable búsqueda... ¡Gracias Laura por esta travesía infinita y desmesurada!... Compartimos la entrevista:



Ivanna - Quiero contarte, Laura, que leyendo tu blog hallé en algún artículo que mencionabas a Edith Vera y el modo en que su poesía se metió dentro tuyo.- Entonces, inmediatamente me puse a leer a Edith Vera, y quedé fascinada, y esto te lo debo, entenderás.- Así que gracias, porque tu pasión como lectora y tu reconocimiento a Edith Vera me condujeron a ella e hicieron que me quedara sintiendo semejante poética compañía. De un interesante asombro frente a lo cotidiano, que se transforma en materia poética a través de su mirada y su decir.- Me sorprendió leer que sus poesías habían sido divulgadas y andaban libres por el mundo, habiendo llegado a manos nada menos de Violeta Parra, quien leía los poemas de Edith Vera a sus nietos, lo cual la propia Edith Vera, según se cuenta, consideró como el premio mayor a su poesía. Supongo intentaba, en estas lecturas, dar con tus hallazgos… pero sólo encontré los míos, porque la experiencia lectora es intransferible, así que lo primero que vengo a preguntarte es: ¿Qué fue lo que hallaste en la poesía de Edith Vera para que se metiera dentro tuyo?


Laura - Porque no puedo decir qué fue, algo de la poesía, de ese mínimo poema, se me hizo parte del cuerpo:
Una vez que se ha pronunciado

la palabra amapola

hay que dejar pasar algo de tiempo

para que se recompongan

el aire

y nuestro corazón.

Con la poesía, de Edith Vera,  o la de otros poetas,  me sucede algo que está por encima de la explicación. Un sonido, unas palabras se hunden dentro de mí como si de pronto fueran parte de mi cuerpo, de mi soplo, un aire que se hace sonido y ahonda el silencio a su alrededor. Es un efecto detenido. Me deja suspendida en la melodía que componen esos sonidos únicos. Me conmueven más allá de lo que significan, ¿no? Es lo que evoca que siempre está más allá.

Ivanna - Respecto de tu oficio y vocación como docente, ¿Hubo algo que hayas tenido que desaprender y/o des- aprehender de la docencia para ejercer tu oficio y vocación como escritora?

Laura - Yo fui una docente rara. Es decir, por alguna razón en mi vida siempre tuve que inventar un lugar porque el que me había sido asignado mudó a otra cosa. Empezó desde chiquita cuando de pronto tuve familia nueva, y casa nueva, así sin explicación. Entonces creo que me acomodó el lugar de “sapo de otro pozo”. Sapo de ojos grandes que mira adónde está parado porque todo puede cambiar de un momento a otro. Esa es una cualidad de lectora si lo pensás bien. Leés con cuidado lo que pasa a tu alrededor porque las cosas se pierden. Cuando empecé a trabajar como maestra ya era psicóloga, ¿ves? Entonces mi lectura de lo que tenía/quería hacer venía de zonas francas, lugares baldíos entre una cosa y otra. Lo que me permitió como docente de Nivel Inicial construir la idea de que lo importante era el “encuentro efectivo” con los chicos a partir de objetos de la cultura. Que enseñar era eso: compartir la entrada a objetos culturales y bienvenirlos desde la experiencia de cada uno. En realidad te diría que cuando decidí escribir me preocupó más mi otra profesión. Sostener la pregunta y quedar prescindente de la repuesta, huir de cualquier coqueteo con la jerga para decir y poder encontrar mi propia lengua. Y sobre todo escurrirme de las suposiciones acerca de lo que es un psicólogo.


Ivanna - ¿Qué significó a nivel personal y profesional tu inclusión en el CEDILIJ (Centro de Difusión e Investigación de Literatura Infantil y Juvenil)  en el año 2000? 



Laura - Significó todo. Encontré un lugar con gente que andaba en las mismas que yo. Me formé ahí. Mi recorrido cobró consistencia en la biblioteca del Cedilij, pero sobre todo, en el aprendizaje de mis compañeros. Nos juntábamos a armar una biblioteca y entre mate y comentario salían cosas increíbles, alguien se detenía y leía un fragmento. Y un denso intercambio de opiniones, lecturas, libros, posiciones. Por eso a veces vamos lento, ja, ja, nos tomamos el tiempo para dejar que sucedan las cosas importantes mientras se resuelve alguna urgencia.



Ivanna - Estuviste en  alguna oportunidad en una mesa de escritores cordobeses junto a María Teresa Andruetto, Lilia Lardone y Mariano Medina con la coordinación de Carolina Rossi, en donde hacia el final se suscitó un breve debate respecto de la literatura en la escuela, en donde vino a cuento la cuestión de “trabajar” un texto... de allí se desprendió que la clave es “cómo hacer para invitar a los lectores a que habiten un texto”...¿Cómo hacerlo?...


Laura - No creo que haya una respuesta general. Es caso por caso. Y como lo tiene que decidir alguien que es un mediador con las manos en la masa, creo que lo mejor, es apostar a la formación. Mediadores capacitados son la única garantía. Mediadores que hayan desarrollado la cualidad de lectores, ellos mismos habitantes sensibles de textos literarios. Sin ánimo acumulativo, no me encanta el ánimo acumulativo en nada. Con generosidad para con ellos mismos. Lectores audaces y con criterio propio hecho de experiencia.



Ivanna - Volviendo a Edith Vera, un extracto de un poema dice: “… La palabra / ese dibujo,/ esa piedra lanzada al tiempo,/ esa gran emoción/ que pasa de cuerpo a cuerpo…”  ¿Es la lectura, de algún modo, “la emoción pasando de cuerpo a cuerpo”?



Laura - Sí, claro. Hay algo misterioso en la letra. Algo de humanidad queda apresado en el trazo y despierta con la lectura. Atraviesa el tiempo, las culturas, los espacios. Una se conmueve con un haiku japonés del siglo VIII. Es una maravilla que no precisa explicación, con lanzarse en sus brazos alcanza.



Ivanna - Contaste una circunstancia de tu vida, vivida en tu infancia, respecto de la pérdida de tu madre, acerca de lo cual no te era contado nada.- Dijiste algo muy interesante, “¿frente a la muerte hay esperanza?. Hay. La esperanza son los otros”. Los niños viven en este mundo enorme. Ven, sienten, piensan cosas, y necesitan palabras para capturar lo que se escapa. Y dijiste “hay que poder decir de lo que no tiene esperanza. Y de todo lo demás también”...  ¿Por qué crees que cuesta tanto a los adultos abordar estos temas para con la infancia? ¿Cuál es la importancia de hacerlo?



Laura - Ah, no me refería solo a los temas. Los temas de la literatura para chicos son los mismos que los de la literatura a secas. Me refiero a la forma. Yo no creo que haya temas tabúes, es más, creo que hay una moda por abordar ciertos temas, casi como autoayuda infantil o juvenil. La cuestión es la forma. Si hablamos de literatura, creo, la cuestión es la forma. Y uno puede tocar temas “sensibles o comprometidos” de una manera tan condescendiente, tan moralizadora y superficial que, ¿adónde queda el lector?, ¿en qué lugar lo he puesto?, ¿necesita que le explique todo, le diga todo y apacigüe su angustia? O más bien que le ofrezca una experiencia honesta y profunda con las palabras, la forma de un relato que evoque sus emociones privadas porque yo lo he hecho en la búsqueda de mi lengua, de mi forma, de mi sintaxis. A eso me refería.



Ivanna - Quisiera detenerme en tu libro “El rastro de la serpiente”, obra que mereció el 9no. Premio “El barco de vapor” de Argentina (2011) y el premio Destacado de Alija categoría “Novela” (2011).-
En la Nube, te escuché contar aquella imagen – recuerdo que recuperaste de tu infancia, respecto de un viaje que habías hecho, en medio del cual por una ruta, viste pasar un montón de chicos de tu edad, descalzos, con palos y víboras colgando… un fuerte encuentro con la alteridad dentro del concepto mismo de infancia… ¿Qué impresión te causó en ese momento ver una imagen tan diferente a la de tu propia infancia y cuál es tu mirada hoy frente a la misma imagen? Por otra parte, me gustaría saber ¿de qué modo se articula este recuerdo, esta imagen, con El rastro de la Serpiente? 


Laura - Yo creo que todos los que vivimos en este país estamos expuestos a encontrarnos con signos que muestran esas “otras infancias”.  Que leerlos es una decisión. No digo que todo el mundo tenga que escribir sobre esas “otras infancias”. Digo, si algo de lo “otro” te interpela es una buena razón para escribir.

Por otra parte para mí la escritura en todos los casos guarda una relación con un acto de justicia. No necesariamente social o cultural. Pero cuando escribo construyo una visión de mundo y trato de correr un velo para descubrir qué me dice eso. Mi escritura está anudada a un grito, hay algo que necesito que quede escrito. Para mí la literatura significa la otra versión de lo aparente. La lengua tiene el poder de la revolución, y no quiero ser literal, abarca mucho más.

Aquella imagen  actualizó unas preguntas que me había hecho de niña pero las tomé como adulta. Y busqué  hacer presentes a esos niños con la forma que la escritura le dio a esa voz para contar.



Ivanna - Otro libro que mereció el premio “El barco de vapor”(2005) y el premio Destacado de Alija categoría “Novela” (2005) fue “Encuentro con Flo”, ¿Qué significó para vos la escritura de esta novela y su posterior reconocimiento?


Laura - Bueno esa novela es muy querida para mí en términos de entrada al trabajo de escritura y a la posibilidad de ser editada. Ese año salieron mis dos primeras novelas. Una porque estuvo esperando un buen tiempo, la otra porque ganó el premio. Así que de ese modo pasé de ser inédita a ser invitada para publicar en varias casas editoriales. Primero me asusté, después me alegré. Y así voy, me asusto, me alegro, me entusiasmo, espero, trato de darme el tiempo que necesito para hacer lo que quiero.



Ivanna - Tu libro “La viejita de las cabras” me parece sumamente poético, lleno de música, de esa música que tiene mucho de silencio, mucho de lamento, mucho de la urgente necesidad de la voz convocando presencias…  ¿Cómo surgió esa bellísima historia?…


Laura - Esa historia también surgió de un paisaje, de una vieja con una casa. De una cabra que se comía la higuera de la vieja. Y de lo que pasó con la vieja cuando llegó una empresa y arrasó con todo. Pero la vieja siguió, y a quien la viera, le vendía quesitos de cabra.



Ivanna - Edith Vera dice en un verso:



¡Qué cosa más sencilla!

Hay luz en la luz de los ojos,

En la luz del agua saltarina,

En la luz del sol que se ha asomado

Y en las palabras balcón y mediodía



¿Cuáles son las cosas sencillas en las que encontrás luz?


Laura - Cada vez una cosa distinta. Depende del momento y de la luz. Como el cuento La navidad de Auggie Wren de Paul Auster.



Ivanna - La peor amenaza para la LIJ, -o cualquier forma de arte en cualquier lugar del mundo- es la quietud”. ¿Qué podemos hacer los que de una u otra manera trabajamos con las palabras para mantenernos alejados de la amenaza?



Laura - Me parece que una buena manera puede ser cuidar la actitud de búsqueda. Olisquear, dudar, quitar los velos de los seguro para ir por más. Me parece que el trabajo con la literatura, es de alto riesgo si vale la pena. Una elije el filo, ¿no? El borde de las cosas. La cornisa. Ningún panorama es tan lúcido como el de la cornisa.



Ivanna - Te preguntaría muchas cosas más, pero brindaste tu valioso tiempo para compartir todo lo que en esta entrevista ha de quedar entre nosotros, tus palabras, el espacio que habrás dado entre respuesta y respuesta, tu pensamiento, tus reflexiones … de modo que, si te parece, ya que “estamos aquí”, cada una respirando las palabras en medio del silencio en donde estaría de más seguir agregando, parafraseo a Edith Vera y te invito a quedarnos acurrucadas, cada una donde esté, “para dejar / espacio / al vuelo/ de los pájaros”…



Laura - Ah, ese es el epígrafe de mi última novela.


Ivanna - Muchas gracias por tu generosidad.- 

Laura - Muchas gracias a vos.

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Acerca de Laura Escudero 
Laura Escudero nació en la ciudad de Córdoba en 1967. Durante su infancia vivió en algunos lugares del interior del país, y luego, en Buenos Aires. En el año 1987 regresó a Córdoba, donde reside actualmente. Estudió arte, teatro y se recibió de Profesora de Educación Preescolar y Licenciada en Psicología. Participó de movimientos de teatro independiente y fue parte del Taller Literario del Hospital Neuropsiquiátrico Provincial.

Su interés por el campo de la Literatura Infantil y Juvenil, se profundizó a partir de su inclusión en CEDILIJ (Centro de Difusión e Investigación de Literatura Infantil y Juvenil)  en el año 2000. Allí se formó, y desde entonces, desarrolla actividades de diseño y ejecución de proyectos de promoción de la lectura, capacitación, e integra el Consejo Directivo. 
Realizó el Máster en Promoción de la Lectura de la universidad de Castilla-La Mancha (CEPLI). Participó de congresos, seminarios y talleres en Argentina, Chile y Brasil. En diversas oportunidades fue jurado de premios literarios. Colaboró con textos de ficción y como especialista en publicaciones sobre LIJ. Resultó dos veces ganadora del Premio El barco de vapor (Ediciones SM, Argentina)  en el 2005 con Encuentro con Flo y en el 2010/11 con El rastro de la serpiente. Tres de sus libros fueron distinguidos como “Destacados de Alija”. Encuentro con Flo ha sido traducido al portugués.  otros títulos son: Heredé un fantasma  (SM), El Botín (Norma) Los parientes impostores (Norma) El camino de la luna (Comunicarte)Actualmente se dedica a la escritura y la enseñanza en el Nivel Superior.

Para conocer más acerca de la autora, les dejo el link para que puedan visitar su blog, sumamente interesante, personalmente disfruté mucho leyendo las secciones "lecturas" y "Apuntes, artículos y otros escritos"...


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