lunes, 8 de diciembre de 2014

Ana María Machado, entrevista

Lleva más de cuarenta años escribiendo, más de cien libros publicados, más de veinte millones de ejemplares vendidos, publicados en veinte idiomas, en 26 países... La infinita desmesura, quiso tenerla aquí, para compartirla con todos...
Aquí, entonces, la primera parte de la entrevista a la escritora "Ana María Machado":



Gabriela Mistral manifestó “Creo en mi corazón, el que yo exprimo para teñir el lienzo de la vida”,  ¿Cuándo escribe, cuando pinta, cuando vive, que siente que exprime usted?...

Creo que exprimo mi visión del mundo, mi sentimiento de las cosas, el reflejo de la vida en mi experiencia.

En el año 1979 abrió en Río la primera librería infantil brasileña, Malasartes, ¿Cuál era la presencia de la literatura infantil en ese entonces en su país?

Ya teníamos una literatura que existía, fuerte y de calidad. Pero no teníamos librerías especializadas. La mía fue la primera. Pero desde los años 1920 ya teníamos la obra de Monteiro Lobato, de muy buena calidad, que se vendía  en grandes cantidades, por correo, y en las librerías de adultos. Después, Lobato murió en 1948 y algo se perdió de su trabajo extraordinario de divulgación del libro. Pero a lo largo de los años ´70, las revistas infantiles empezaron a publicar una gran variedad de nuevos autores (Ruth Rocha, yo, Joel Rufino, Sylvia Orthof, Marina Colasanti), con calidad, y con mucho éxito. Después, las mismas editoriales de esas revistas empezaron a hacer libros con esos textos y a venderlos en kioscos de periódicos. Y otras editoriales publicaban Lygia Bojunga, João Carlos Marinho, Ziraldo. Lo que no teníamos eran librerías. Pero la literatura existía.

Fue lectora, escritora, editora de libros infantiles y una de las directoras de Quinteto Editorial. Jurado de importantes certámenes y premios literarios. ¿Qué aportó a su experiencia el  haber participado de los distintos recorridos del circuito literario?

Además, fui profesora de literatura en la universidad de Río y crítica literaria en un periódico. Todo eso me aportó distintos puntos de vista, de donde mirar a la producción literaria y me ayudó mucho  a entender un poco las distintas etapas de todo ese proceso.

¿Qué es literatura y que no lo es, desde su punto de vista?

Es muy difícil contestar a esa pregunta. Pero me parece que una buena idea es seguir el ejemplo de Roger Chartier. Él dice que, de todos los intentos de conceptuar literatura, le parece que el mejor es el que la presenta como el conjunto de textos que permiten reapropiaciones múltiples.  O sea, distintos lectores pueden hacerlos suyos – o el mismo lector puede apropiarse de ellos de maneras distintas en períodos distintos de su vida. Esa capacidad de significar muchas cosas y jamás dejarse atrapar totalmente, por cierto, tiene qué ver con el fenómeno literario.

Alguna vez leí, que recordaba el ruido de la hamaca de su abuela cuando le leía cuentos en su propia infancia, ¿Qué le leía?

Verdad que lo recuerdo, pero ella no me leía libros, me contaba los cuentos oralmente, apenas sabía leer algo. Y eso pasaba de noche, no teníamos electricidad en su casa. Ella me contaba los cuentos que sabía de la tradición oral, de hadas, de animales, de  pícaros.

Paulo Freire sostenía que la escuela debía incitar la curiosidad en el educando, en lugar de  “ablandarla” o “domesticarla”. ¿Qué opina usted al respecto?

Es fundamental que el docente lea, tenga su propia práctica lectora, su propio recorrido lector, que se ponga íntimo de libros para que pueda compartirlos y contagiar a sus alumnos con la lectura como algo vivido, no teórico. Por entusiasmo, no como objeto de una reflexión sobre como incitar la curiosidad. Pero como alguien que nos da a probar un postre, diciendo: “sienta qué delicia”...

¿En su experiencia como lectora solía visitar bibliotecas? ¿Qué presencia tienen las bibliotecas donde usted habita?

Sí, sobretodo en la universidad. Pero las bibliotecas en Brasil  son pocas y no funcionan en horarios muy convenientes.

Fue alumna de Roland Barthes, ¿Qué recuerdos tiene de  aquella experiencia?  

Muy buenos, pero exigiría demasiado tiempo para hablar de eso ahora.

¿Algo que no haya hecho y le gustaría hacer?  


Surf, mucho surf.
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Acerca de Ana María Machado:
Comenzó a escribir en 1969 y desde entonces ha vendido millones de ejemplares de sus libros, que han sido objeto de numerosas tesis universitarias, incluso fuera de Brasil. Su obra para adultos, también premiada, es considerada por la crítica como una de las mejores de la literatura brasileña contemporánea.
Antes de dedicarse de lleno a la escritura se desempeñó en numerosos campos. Empezó estudiando pintura en el Museo de Arte Moderno de Río y en el de Nueva York. Participó en diversas exposiciones individuales y colectivas. Ingresó a la universidad para estudiar geografía, carrera que abandonó seis meses después para estudiar lenguas romances. Se doctoró en lingüística en la Ecole Practique des Hautes Etudes, París, donde fue alumna de Roland Barthes, su director de estudios y de la tesis que escribió sobre la obra de Guimarães Rosa. Fue profesora de portugués en la Sorbonne, entre 1970 y 1971. En Río de Janeiro dio clases de teoría literaria y literatura brasileña en la Universidad Federal, enseñó en la Escuela de Comunicación y, posteriormente, fue la primera catedrática de literatura infantil en la Pontificia Universidad Católica. En 1997 fue profesora de traducción de literatura infantil y juvenil en el Departamento de Letras de la PUC en Río.
Como periodista trabajó para la revista Elle en París, para la BBC de Londres, y para otras publicaciones de Brasil, entre ellas el Jornal do Brasil donde tuvo una columna semanal por cinco años. También fue editora de noticias, durante siete años, del sistema Radio Jornal do Brasil.
En 1979 abrió en Río la primera librería infantil brasileña, Malasartes, que dirigió hasta marzo de 1996. Entre 1990 y 1994 se convirtió en editora de libros infantiles y fue una de las directoras de Quinteto Editorial.
Fue parte del Comité Ejecutivo de IBBY entre 1982 y 1986. Fue miembro del jurado del premio Hans Christian Andersen entre 1978 y 1982, en 1986 fue elegida su presidente, cargo en el que fue reelecta en 1988. También ha sido jurado de los premios Casa de las Américas (1982) y Cataluña de Ilustración (1990).
En los últimos quince años ha venido ejerciendo una intensa actividad en la promoción de la lectura, tanto en su país como en el exterior. Actividad que complementa con innumerables intervenciones en seminarios, congresos y conferencias sobre lectura y literatura infantil. 
En 2000 obtuvo el Premio Andersen, el más prestigioso galardón de las letras infantiles
Para saber más acerca de Ana María Machado y su obra, sugiero visiten su página web: http://www.anamariamachado.com/biografia