De memoria...

24 de Marzo: Día de la Memoria, la Verdad y la Justicia
 - el 24 de Marzo, es todos los días-


El 24 de marzo de 1976 se produjo en Argentina el último golpe militar. Fueron años muy duros en los que se perdieron muchas vidas. Por eso usamos la expresión “Nunca Más” cada vez que nos referirnos a ese período oscuro de nuestra historia.
Hoy, elegí compartir algunas cosas... tal vez, mañana, comparta otras, y pasado, otras, y así, porque la memoria, no nace y muere en un día, la memoria nace y renace en cada uno de los días que vivimos, para no morir... el ejercicio de la memoria, es todos los días...

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"Los hilos de la memoria", y un recuerdo para siempre...
23 de Noviembre de 2014
Salgo de casa a las 16.00 horas, para iniciar el recorrido que me llevará a "Los hilos de la memoria", espectáculo de narración oral escénica presentado por la narradora Belén Torras.-
En el colectivo, viajo pensando... tengo lentes marrones, que me asepian la vista, por decirlo de algún modo.-  Miro a las madres que van sentadas con sus niños a cuestas, miro esos niños, bellos todos.- 
Soy mujer, no soy madre.-
Una de las madres que observo sonríe con su hija en brazos, la otra no.- Naufrago en los ojos de la que no.- Me hundo como niña que no encuentra la mirada de su madre.- Rápidamente llegan los insultos del hombre que la acompaña - "acompaña" es un modo de decir, claro -, hacia ella (la madre de sus hijos). Una bebé de no más de 9 meses, un niño de no más de cinco años.- El la insulta una y otra vez, y cada vez peor.- Me pregunto acaso si estoy escuchando mal, puesto que nadie se inmuta.- Intento afinar el oído, la insulta.- Una y otra vez, y cada vez peor.- El insulto lo recibimos todas, pienso. Todos, pienso. Adultas y adultos que viajamos en ese colectivo, niños y niñas que también viajan con nosotros adultos, con el adulto que insulta libremente, y los otros adultos que callamos reforzando cada insulto. Me saco los lentes, quiero mirarlo a los ojos, pero él no me mira.- Se acerca a la mujer, mucho se acerca. El va parado, ella no.- El le acerca su cara, la pega a la de ella, y la sigue insultando, la amenaza, le dice que va a dar su cabeza contra la pared.- Me acerco, me paro al lado del hombre, lo miro a los ojos, él sigue sin mirarme, rápidamente maneja un celular, habla, grita, ordena, corta. Y vuelve a su mujer, como si fuera acaso también un celular.- "¿Estás bien flaca?" - le pregunto buscando intervenir -, entonces por primera vez me mira él... "¿Te debo algo?" me pregunta él... "Sí, respeto, cuando le hablás así a tu mujer le faltás el respeto a ella, y a todas las mujeres, respeto me debés, a mí, a tus hijos y a todos los que viajamos en este colectivo"... me vuelvo a correr... un señor me hace seña que me calme... Y me lleno de impotencia, por esa mujer de la que todos hablan cuando ella baja con él, pero para y por la que nadie fue capaz lanzar una palabra al aire en medio del difícil viaje... ¿Cuando vamos a entender que el compromiso es de todos?... 
Sigo viajando con la impotencia de no haber podido hacer nada.- Porque nadie quiso hacer nada, porque nadie asintió cuando dije que deberíamos ir todos a la comisaría... porque no faltó el que dijera "pero la culpa es de ella también..."

Sigo viajando. Llego a Chacarita, camino unas pocas cuadras, gente en la plaza, gente en la feria, gente en las pizzerías, gente buscando cosas entre la basura, vivas instantáneas de Buenos Aires a las que nos vamos acostumbrando... Y si digo que una persona no debería estar comiendo lo que encuentra en la basura, ¿también van a decirme que es su culpa?...

Llego al fin al espacio Alquimia, en donde Belén Torras presenta el espectáculo "Los hilos de la memoria"...

Entro en silencio... pido un pomelo en la ante- sala (bar), quizás porque una sprite resultaría demasiado dulce, y el contraste sería muy fuerte en relación a la amargura que venía acumulando... Un vaso de pomelo, rosado, sí. Miro a la gente que espera en el salón... todos charlan, ríen, hablan de cuentos... Se saludan, se presentan, intentan reconocerse, se buscan, se encuentran... así veo los entramados memorísticos de la gente... el reconocimiento entre unos y otros...  miro sobre una mesa el libro de Verónica Sukaczer "La memoria de todos", como si resumiera esto que pienso acerca del compromiso... las palabras "memoria", "todos"... lo compro.-

Miro el libro "¿Quién soy?", me lo pregunto hacia adentro. No sé, acaso, si logro responderme. Tengo dos nombres y un apellido, creo son ciertos. ¿Y si no lo fueran?... Tampoco sé si, acaso, lograra responderme esto. Pongo que son ciertos.- Que me llamo Mirna Ivanna Rosselli, que nací un 2 de Junio de 1978 en una clínica que ya no existe, pero de la que dan fe algunos relatos y recuerdos, ajenos.

Me dan la entrada, con un número "4". Y un boleto. El número corresponde a la fila, en donde tendré mi asiento, me aclaran.- ¿Y el boleto? - pienso, pero no lo pregunto-. Rápidamente viajo, recuerdo el tiempo en que a una le daban un boleto así, de esos que se cortaban manualmente, miré si era capicúa, pero no, la suerte no siempre me acompaña por mucho que yo la necesite.- 
El boleto, en orden vertical muestra cuatro números: 1 - 2 - 3 - 4, y en forma horizontal, en la única línea de números, pueden visualizarse:  69594.  Lo doy vuelta para ver a qué línea de transporte corresponde, dice: 174.

¿Será que a todos le dieron un boleto? ¿Será que a todos les pasa esto de viajar rápido?... 

Una mujer se me acerca, me dice " a vos te conozco, te escuché contar una historia en un museo", y me dice cuál con sólo un sonido. Un sonido que representaba aquel cuento. El cuento era "El pedo" - historia de tradición oral, respecto de la cual mostré el libro en que estaba publicado, en aquella ocasión en el Museo Etnográfico, para dar el marco de seriedad que mi sola persona no podía otorgar. El sonido de la señora podrán imaginarlo.-

Mientras ella me dice esto, yo pienso si la señora del colectivo me reconocerá un día en alguna parte, si recordará acaso mi mirada sepia, o la verde libre de anteojos, o la fría hacia su esposo, o mis palabras dirigiéndome a ella, aunque de poco sirvieran, aunque no pudiera siquiera ponerla a salvo. Siquiera en ese instante.- ¿Qué espacio se abre entre su memoria y la mía? ¿Qué recordaré mañana? ¿Qué recordará ella?... 

Le agradezco a la señora que gentilmente me recuerda, ella tiene unos bellos ojos sonrientes.- De modo que ahora me dejo arrastrar por esa corriente celeste...

Luego llega "la voz" - como Sinatra, pero la voz de las narradoras -, la señora Lili Dávila... siempre con sus bellos aros, sus labios rojos, sus ojos de pantalla de cine en los que entran todo, y su energía puesta sobre todas las cosas, entonces el abrazo que acorta la distancia del "tanto tiempo sin vernos"...

Suena una campana. Recreo, pienso en medio de mis viajes, de pronto me sentí como en la escuela cuando sonaba la campana, como salir al patio, aunque aquí pasáramos a un "adentro"... a la sala donde Belén presenta, ya lo dije pero quiero decirlo de nuevo "Los hilos de la memoria".

Fila 4. Ya sé. A mi lado una narradora, no sé su nombre, muy simpática ella, de la que un narrador, no sé su nombre, dijo que se parece a "La griega"... pienso, no puede haber muchas griegas que narren, yo conozco a una griega, y coincido, en caso que fuera la misma, en que se le parece.-

Belén está en escena, las luces bajan, suben, aparecen, desaparecen en el trasncurso de la puesta. Acompasando la presencia de Belén, el lenguaje hecho carne, las palabras haciendo del cuerpo instrumento en movimiento.- La voz, desplegando los hechos históricos a la luz de una experiencia corporal, narrativa, absolutamente estética.- Poesía carnal, con los desgarros y reparaciones, los desarmes y rearmados corporales que cada persona/personaje ha mostrado en cada ficción, y en cada realidad que hubiéramos preferido fuera solo cuento. 

Los relatos escogidos, de los libros "Manuela en el Umbral", "¿Quién soy?", "La memoria de todos", entre otros... con autores de la talla de Verónica Sukaczer, Iris Rivera, Paula Bombara, Mercedes Pérez Sabbi, también entre otros, han dado el marco indispensable para que Belén pudiera encontrarse, previamente, con estas historias que muestran el horror de siempre, pero acaso en la ficción algo, no menos doloroso, pero poéticamente abordado.- Porque, claro, le decía yo a Belén, a la salida, lo difícil que es volcar poesía sobre estos hechos, y ella sostenía que la poesía ya estaba allí, que la habían puesto estos escritores, y entonces era más fácil. Y que sí le dije yo, algo impactada por tantos acontecimientos, pero que no, me digo, o sí pero no del todo, o no pero no del todo tampoco.- Digo, quiero decir, la poesía estaba, sí.- Pero había que agregar a la estética de las palabras y la imagen - en algunos casos-, una estética de la voz y del cuerpo en movimiento, y de los objetos puestos allí, ante nuestra mirada expectante, y eso es fruto del trabajo de Belén Torras.- 

La historia de Bettina, que es en verdad Candela, aunque ella no pueda creer que es Candela, porque tiene cara de Bettina... bueno, sus diálogos con Athos, su perro, que no hay dudas que es Athos, no deja nunca de emocionarme particularmente. Historia que escribió Iris Rivera, que ilustró María Wernicke, y que ahora narró Belén Torras. 

Y además, me sorprenden ciertas cosas, ¿saben?, que Athos tiene 4 patas.
Yo salí de casa a las 16.00 hs. que es como decir "a las 4", que el boleto en orden vertical mostraba una escalera numérica que terminaba en cuatro, en orden horizontal un número que terminaba en 4, cuyo boleto pertenecía a la línea 174, y que mi fila de asiento era la número 4.- Y el perro en la quiniela - no es que yo sea una jugadora - es el 04.- 

Ya sé que todo esto, tiene poco que ver... pero viajo, viajo...

Y con Belén Torras viajé, en su voz, con sus historias, en ese tiempo - memoria en que nos implicó... llevandonos a un tiempo, en esta oportunidad, no "inmemorial" como el de muchas historias, no.- En este caso nos llevó a un tiempo de esos, que nunca se olvidan, que no deben olvidarse, nunca. Nunca más.-

Porque las historias de Manuel, la de Jimena, y la de tantos otros/as víctimas de la nefasta dictadura militar, nos recuerdan que no debemos olvidar, por los que están y pueden contarlo, y por los que no están, y nos piden a todos que sigamos contando.  Belén Torras contó, le puso voz a algunas de aquellas historias, que hacen en la suma - y en la lamentable resta - la historia de todos.- De los que vivieron aquella época, de los que nacimos en aquella época, de los que nacieron luego pero supieron gracias a que existen quiénes cuentan, cantan, dicen, leen, explican, muestran... y la historia de quienes vendrán, respecto de quienes, y con quienes, será nuestra obligación seguir tejiendo la memoria.  Una memoria que no acepta, bajo ninguna circunstancia, el "algo habrán hecho" - frase lamentable que aún puede escucharse cada tanto-, como no se acepta frente a una mujer el "pero ella tiene la culpa" - otra frase lamentable, que se escucha por ejemplo en un viaje en colectivo, en fin que la construcción de nuestra memoria, digo, no puede permitir la justificación de ningún hecho de violencia, que ponga a víctimas en manos de victimarios.-

También viajar a la dolorosa Polonia de 1942, forma parte del recorrido. La escritora verónica Sukaczer nos recuerda en su libro, "La memoria de todos": "...Durante la Segunda Guerra Mundial, miles de judios de Polonia fueron enviados al gueto de Varsovia, ciudad principal de Polonia. La mayoría de ellos murieron asesinados, de hambre o enfermedad. Los sobrevivientes eran deportados a los campos de exterminio (...)"  Y Balén, le presta el cuerpo a la memoria narrativa de Sukaczer para compartirla voz mediante con nosotros.

Belén narra, hilando con palabras una y otra historia, tejiendo... 
De su memoria, que ovilla y desovilla, tomará la punta del hilo y tirará, tirará, tirará, se quedará así con una línea blanca con la que hará y deshará una serie de acciones - pensamientos - palabras - reflexiones-  para luego compartir el ovillo con el público, al que una y otra vez pone dentro y fuera de la escena, dentro cuando necesita claramente mostrar los que significa implicarse, fuera cuando necesita claramente mostrar lo que significa tomar distancia necesaria de los hechos para reflexionar sobre ellos.  Finalmente, dejará en manos del público el ovillo, que se irá pasando de mano en mano, naturalmente desovillándose para volver a ovillarse en esa experiencia humana, que es la memoria en manos de todos, la memoria colectiva, la memoria de lo que fuimos y somos, de lo que seremos, en tanto, nos comprometamos, en tanto no olvidemos...

Salgo de la sala, llena de emociones, lo veo a Claudio Ledesma, otro abrazo.
Espero para saludar a Belén, la abrazo mucho le digo poco, porque el abrazo ya lo habíamos imaginado ambas, y un abrazo vale más que mil palabras.- 

Ya saliendo, otro abrazo a Lili que me la cruzo en el pasillo de salida a la calle. Y cuatro palabras me obligan a decir lo último antes de terminar:

Fueron 4 abrazos.- Cuatro.

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16 de Setiembre de 1976: La noche de los lápices. La noche que, desde el dolor, menos quisiera recordar. Pero la memoria, que constituye en sí misma un acto de justicia, obliga a recordar, porque no puede,  ni quiere, ni debe olvidar... por aquellos jóvenes, y por todos los jóvenes, seguimos diciendo "Nunca más".





El video fue subido por Susana Ceballos, a youtube el día el 14/09/2011 respecto de lo que escribió: "Pequeño homenaje a los chicos... este video lo hicimos para proyectarlo el 16 de Septiembre a los chicos del CPEM 44 y del CPEM 69".-   
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Sobre la memoria y la identidad, Silvia Bleichmar...

Silvia Bleichmar, Doctora en Psicoanálisis, Psicóloga y Socióloga
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En esta ocasión, en este viaje por la Memoria, quiero invitarlos a leer un escrito de nuestra gran referente en LIJ, Lidia Blanco, que fue publicada en el blog "La memoria y el sol" de Alejandra Moglia... espacio muy interesante, por cierto.- 

La nota se titula: "Palabras que tienen memoria", y pueden leerla en el siguiente enlace:


https://lamemoriayelsol.wordpress.com/category/blanco-lidia/
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José Campanari, un narrador así de mágico...

Durante el día de hoy he compartido distintas cosas que hacen honor al ejercicio de la Memoria... pero no quería cerrar esta noche, sin la presencia de un narrador muy especial... ¿qué tiene él de especial? su manera de mirar el mundo... porque, como bien se dice en su blog, "A pesar de sus cincuentra y cuatro años, mira el mundo con ojos de niño"... por eso quise traerlo hoy.- A este espacio, que es de los niños, y es del niño que asoma por los ojos de cada uno de nosotros.
Escuché, por primera vez, a José Campanari narrar en La Escuela de la Palabra, en una visita especial que había hecho a esa escuela, en la que yo, por aquel entonces, cursaba mi segundo año en la formación en narración oral.- Esto fue en el año 2006.- Desde entonces, no pude olvidarlo más. Y este también es un buen ejercicio de la memoria, el de no olvidar las voces que bien nos hacen, las voces que narran sucesos habituales, ordinarios, o extraodinarios gozando y haciendo gozar de la libertad ex expresión con que "contamos"...
José Campanari, tiene la humildad de los que bien saben moverse con ella, de los que guardan la correcta postura de ubicarse por detrás de las historias, nunca adelante... de los que dejan en cada historia, su huella, la de su pie, la del caminante que la anduvo al derecho y al revés, la de sus manos de hacedor de esas historias, la de su cuerpo entero, habitante y habitado en esa experiencia hecha toda de palabras... 
En las noches, mientras cuido el sueño de otros, él lo sabe... que busco sus videos y los escucho a repetición, como si acaso no estuviera del otro lado de la pantalla, como si estuviera aquí... o si se quiere, como si pudiera hacerme atravesar la pantalla, con un mágico "sígueme" o un mágico "había una vez"...

Podría decir más y nunca acabaría diciéndoles quién es José Campanari... por eso, para que lo sepan, lo vean, lo escuchen, lo sientan, les dejo dos regalos que sugiero abran ya mismo, con ansiedad niña:  Un video con una historia que sienta bien para esta fecha, para la necesaria Memoria... y su blog para que lean en detalle todo en torno a este mágico narrador, director teatral, autor, y coordinador de laboratorios sobre el arte de contar historias de viva voz...


El blog:  www.campanari.blogspot.com.ar

El video, con su cuento Memoria de Elefante...


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Para que nada se tiña de olvido, este cuento de Vivi García, quien generosamente me ha dado permiso para que todos podamos compartirlo… ¡Gracias Vivi!


“El pecado de leer”


Por la memoria encendida (1976- 2001)
Hace algunos años (no tantos como para teñirlos de olvido) un gobierno oscuro de Pueblo Sombra, tan oscuro como la noche más negra, prohibió, entre otras restricciones, leer a algunos autores señalados.

La única salida ante tanto temor fue enterrar los libros. Algunos lo hicieron en el jardín (de noche, por supuesto); otros, en el terrenito del fondo. No fuera cosa que, al entrar a alguna casa – durante el oscuro gobierno allanaron muchas -, con el fin de llevarse a alguien (¡fueron tantos!), encontraran, además, los “libros prohibidos”.

Tantas fueron las noches negras como personas “desaparecidas” (robadas, secuestradas, enmudecidas).

Pasaron muchos años (no tantos como para teñirlos de olvido), y de las personas arrancadas de sus casas, no se supo nada. ¡Es que en Pueblo Sombra sucedió cada cosa! Pero los libros siguen allí, bajo tierra, como si intentaran recordar, desde su oscuro lugar, que, alguna vez, leer fue un pecado.

En aquellos años negros, Pueblo Sombra se llenó de árboles gigantes que no paraban de crecer. ¿Por qué habrá sido? Tal vez, la tierra… No sé… ¡Se dijeron tantas cosas!

Hoy, Pueblo Sombra es sólo eso: una sombra. Una sombra tan grande que jamás se teñirá de olvido.


Vivi García 

(“Los cuentos de la buena vida”,

editorial De Los Cuatro Vientos, Bs. As. 2007)

Vivi García. Maestra. Bibliotecaria. Docente de Narración oral en Manzana de Las Luces y en Casa de Letras. Productora de radio, egresada de ETER. Realizó los programas “Requetecuentos” – premio Pregonero 1999 – y “A vuelo de página”, ambos vinculados a la promoción de la lectura.


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La narradora y acrtiz, Ana María Bovo, prestó su voz para este homenaje a los "Derechos humanos", en un video realizado por Asociación Madres de Plaza de Mayo... cualquier palabra que deseara agregar, estaría de más, solo se trata de escuchar...

                                 
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1 comentario:

  1. Te felicito Mirna Ivanna Roselli, tus palabras traspasan las fronteras, tu sensibilidad en cada letra que escribis llegan al corazón de todos los desmesurados. Te quiero Amiga y te Admiro!!!!!

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