LIJ y otros sistemas culturales

Diversos investigadores y estudiosos de la infancia, publicaron trabajos y reflexiones, en los que han pensado sobre la misma desde el entrecruzamiento de encuadres teóricos provenientes de distintas disciplinas, como la teoría literaria, la etnografía, la sociología de la cultura, la estética del arte, etc.-  Porque la infancia no es un asunto pequeño, y porque no alcanza con  interrogarnos sobre la misma desde una única mirada, es que se torna necesario problematizarla desde una perspectiva ampliada, recurriendo, justamente, a distintas disciplinas, y sistemas culturales para poder comprender y analizar la multiplicidad de fenómenos que atraviesan la experiencia infantil.
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En este panorama se inscribe la publicación del libro de Sandra M. Szir, Infancia y cultura visual (Ediciones Miño y Dávila, Bs. As., 2006), en el que estudia el surgimiento de los periódicos ilustrados para la infancia, a finales del siglo XIX y principios del siglo XX. Analiza los aspectos visuales y gráficos de los objetos impresos dirigidos a los niños (ilustraciones, diseño, tipografía, relación texto – imagen) en el contexto en que se producen, marcado por transformaciones sociales, políticas, tecnológicas, económicas y culturales, a las que la infancia no es indiferente.  A lo largo del libro, la autora integra a la bibliografía aportes de reconocidos historiadores de la lectura, filósofos y teóricos de las más variadas disciplinas, cruzando temas como la historia del libro, la historia de la educación y el tipo de lector infantil ideal al que apelaban esos periódicos ilustrados, a diferencia de las revistas para niños de la actualidad.

Estructurada en tres capítulos: La ilustración infantil, 1886-1887. Imágenes persuasivas, lecciones morales; Diario de los niños, 1898. Las imágenes y las cosas; Pulgarcito, 1904. Señales de masificación en la prensa periódica infantil y la cultura visual, Sandra Szir ofrece un trabajo de investigación en el que asistimos a una lectura que nos permite “mirar” el pasado y el presente, y en ambos tiempos, la infancia.
En el siguiente link, puede leerse una entrevista a la autora en relación a su publicación: http://portal.educ.ar/noticias/entrevistas/sandra-szir-infancia-y-cultura.php

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Con ojos de niño… La mirada cinematográfica sobre la infancia.


André Bazín escribió “¿Cómo el novelista, que utiliza las palabras de la tribu de los adultos, o el pintor condenado a fijar en una síntesis imposible ese puro comportamiento, esa duración cambiante, podrían pretender lo que la cámara nos revela: el rostro enigmático de la infancia? Ese rostro que os enfrenta, que os mira y que os escapa. Esos gestos a la vez imprevistos y necesarios. Sólo el cine podría captarlos en sus redes de luz y por primera vez ponernos cara a cara con la infancia”.

Giorgio Agamben decía que el cine es el arte que devuelve las imágenes a la patria del gesto. El gesto desprovisto de finalidad: “… mutismo esencial del cine (que nada tiene que ver con la presencia o la ausencia de una banda sonora)”…  y es en esa gestualidad pura donde radica la materialidad cinematográfica, concluye.

Por su parte, Jorge Larrosa, en el prólogo del libro Miradas cinematográficas sobre la infancia (1) manifiesta: “…En el cine se trata de la mirada (…) de precisarla y ajustarla, de ampliarla y multiplicarla, de inquietarla. El cine mira a la infancia, y nos enseña a mirarla, tratando de acercarse a una mirada infantil, de ver el mundo con los ojos de un niño, con esa mirada libre, indisciplinada, quizás inocente, quizás salvaje, que aún es capaz de sorprender a los ojos…”

Des- automatizar la mirada, mirar con ojos de niño. Con una mirada libre, indisciplinada, quizás inocente, quizás salvaje, una forma de mirar amplia, multiplicada, inquieta, que aún es capaz de sorprender a los ojos… ¿Qué viene a mostrarnos esta invitación de Larrosa?… tal vez nos advierta de nuestra mirada de adultos, una mirada “no infantil”, como él lo sugiere, “sino infantilizada”, es decir, disciplinada y normalizada desde la que no hay nada que ver que no haya sido visto antes.  ¿Cómo recuperar esa mirada despojada de certezas?...  El proceso de “Las tres transformaciones” del espíritu del que hablaba Nietzche en su obra “Así habló Zarathustra”, tal vez aporte una pista…

El espíritu del hombre transformado en camello soporta cargas, asume únicamente un “yo debo”, cae y se levanta marchando hacia su desierto. Necesita transformarse en león, construir su propia libertad, ser señor de su desierto, experimentar su voluntad de poder, el “yo quiero”, pero en ese camino se enfrenta con el Dragón, que  no es otro que el "tú debes", para Nietzsche es una lucha a muerte, donde uno de ellos tiene que salir victorioso y donde de ese triunfo depende, o bien la libertad del espíritu, o bien la esclavitud. Pero el resultado de esta batalla es el triunfo del león. Sin embargo, éste necesita convertirse en niño, pues es la última transformación del espíritu para conquistar su libertad absoluta. Nietzsche sostiene que la transformación del león  a niño evita el efecto lacerante de la memoria, con lo que al llegar a ese punto el hombre olvida su experiencia vivida, se distancia de la misma. Pero "¿para qué pues habría que convertirse en niño el león? La respuesta sería “para crear”…

Por lo tanto, asumir el papel de niño implica un volver a empezar, asumir un nuevo "yo quiero", pero ya sin el recuerdo. Devenir infante, recuperar la mirada infantil, librada de la utilidad, sea acaso un modo de dejarnos impresionar en nuestra relación con los objetos cotidianos, y con todo lo “ya visto”… se trata de devenir infante  para transitar una experiencia auténtica de creatividad transformadora… 

Wim Wenders, citado por Jorge Larrosa, en el prólogo escrito para el libro de Miradas cinematográficas sobre la infancia, habla de una mirada sin opiniones, sin conclusiones, sin explicaciones. De una mirada que simplemente mira. Eso que muchos adultos  hemos perdido. Como si todo lo que vemos, señala,  no fuera otra cosa que el lugar sobre el que proyectamos nuestra opinión, nuestro saber y nuestro poder, nuestra arrogancia, nuestras palabras y nuestras ideas, nuestras conclusiones.  Ese punto de vista infantil del que hablaba Wenders, implica una problematización sensible de nuestra propia mirada. Y el “cara a cara con la infancia” algo que nos está dirigido y que nos exige una respuesta…

Pero advierte Larrosa “…nada más arrogante que querer ponerse en el lugar de un niño,  que tratar de comprenderlo desde su interior, que intentar decir, con nuestras palabras de adulto, lo que es un niño. Pero también nada más difícil que mirar a un niño, que mirar con ojos de niño, que estar a la altura de esa mirada, que encarar esa mirada…”  Finalmente concluye: quizás la pregunta ¿cómo decir el otro que es el niño? No requiera respuestas sino tan sólo alguien que la lleve consigo.

Para portar consigo ésta y otras preguntas, proponemos una breve aproximación a la mirada cinematográfica sobre la infancia, a través de las películas: “La Tumba de las luciérnagas”, “Cero en conducta” y “Léolo”…



                           Cero en conducta - Jean Vigo


La película Jean Vigo pone en cuestión las nociones aceptadas sobre el carácter inofensivo de los infantes.  Con una mirada subversiva sobre la infancia, que la piensa como lugar de rebelión. Niñez y adultez, aparecen aquí no como edades del desarrollo sino como categorías políticas enfrentadas.


 “… Cero en conducta es un ensayo poético sobre el tema de la libertad versus la autoridad. En una escuela pupila, el cineasta enfrenta a profesores tiránicos con niños revoltosos.  Una celebración de la revuelta. Un poema surrealista en clave anarquista, cercano a Un perro andaluz. Anárquica en sus postulados, surrealista en su narración, la estructura misma de Cero en conducta actúa como sus vandálicos protagonistas. En desorden y sin justificación. Cero en conducta practica la atomización, una suerte de balcanización estética. Ninguna convergencia de sentidos, más bien, una fuga constante. En esa dinamitación del relato y de los códigos que hacen posible el sentido, se constituye la subversión del discurso lírico: Jean Vigo es el poeta de la sedición…” (David Oubiña. Celebración de la revuelta. La poesía salvaje de Jean Vigo, en Miradas Cinematográficas sobre la Infancia. Miño y Dávila. Bs.As. 2007).
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Léolo 




Distintas películas, a lo largo del tiempo nos han ofrecido imágenes de la infancia, en “Léolo” “… Jean Claude Lauzon, nos ofrece una visión, con esta película que abarca influencias de Jean Vigo y del Truffaut de “Los Cuatrocientos Golpes”. Léolo escribe, pero no para ser “escritor”, se trata de un acto vital que le permite abrir puertas hacia ese mundo soñado que es Sicilia y al cual pertenece. El mundo se presenta de tal forma que sólo cabe reaccionar ante él… Sin momentos de tregua, sin guiños fáciles ni caminos trillados. Lauzon quita todas las señales e impide cualquier forma de orientación. Todo está creado para que no veas a Léolo, sino para que seas parte de él…”, éstas son apenas algunas de las palabras que Adrián Fernández, uno de los autores del blog “El pelifómano”, ha puesto para reseñar esta película.- Puede leerse la reseña completa en el siguiente enlace: http://el-pelifomano.blogspot.com.ar/2010/03/leolo.html


Un fragmento de la película:



 
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La tumba de las luciérnagas

Decía Gustavo Roldán en el contexto de una entrevista para el suplemento Cableniños, que los temas tabúes en la literatura infantil son “los grandes temas que interesan a los chicos”, entre los que  mencionaba “la muerte”.  Si es éste uno de los temas que a los niños interesan, ¿por qué su presencia es tan escasa dentro del campo de LIJ?  Y si muchos de los libros que se hallan en circulación no logran responder a los grandes temas que interesan a los niños, entonces ¿qué representación de lector tienen los autores y/ o editores que impiden la circulación de los grandes temas que a ellos interesa? ¿A qué le temen cuándo no pueden abordar la muerte? ¿A la incertidumbre de la muerte… o a la de sus ventas?...
"En la literatura infantil y juvenil, durante tiempo la muerte ha sido la gran ausente, la eludida, la disfrazada”, en una posible actitud sobreprotectora hacia la infancia, excepto en los cuentos tradicionales o populares, en los que aparece en diferentes relatos, pero como un estado transitorio, con un final reparador que acaba desmintiendo su real existencia.- 

La muerte ha sido, es y será un tema que el ser humano se ha planteado desde sus orígenes. Esto no es nuevo. Lo que sí debe constituir una novedad es poderla incluir en el campo de la LIJ.- ¿Es posible hacer del tema de  la muerte una experiencia estética a partir de lo cual abrir nuevos interrogantes sobre la vida? ¿Es posible poetizar a la muerte, haciendo de ella, a partir de ella,  una experiencia estética?  Algunas propuestas innovadoras que destruyen estereotipos y falsas creencias en torno al tema de la muerte, invitan a reflexionar sobre el tratamiento estético del tema en el campo de la LIJ.  La película “La tumba de las luciérnagasde Isao Takahata, es un claro ejemplo de dichas propuestas.-

En contraposición a esta visión naturalizada de la muerte, se puede contraponer otra visión, más desnaturalizada, como la que presenta la película “La tumba de las luciérnagas”, enfrentando al espectador a la muerte de una niña, quebrantando el curso natural de la vida. Película, en formato animé, que muestra como a través de una estética más vinculada a productos infantiles y o juveniles, puede abordarse, un tema tan serio como es la guerra con las consecuencias nefastas que la misma implica. La guerra no dejó a nadie afuera, ni siquiera a los niños. ¿Por qué entonces su abordaje, en la literatura, el cine, o en el formato que fuera, debería excluirlos? ¿Es posible hacer un hecho estético mostrando aspectos de la guerra, sus aspectos más nefastos, la cara más dura de la muerte?... Esta película parece demostrarlo, en este drama antibélico creado por Isao Takahata, adaptando la novela del escritor nipón Akiyuki Nosaka. Contextuada en Japón, en el transcurso de la segunda guerra mundial. Con momentos de un lirismo arrebatador, denuncia el desamparo al que se ven abocados los más débiles, en este caso repara en dos niños, hermanos, de 14 y 5 años de edad, que pierden a su madre a consecuencia de un bombardeo, y que juntos harán lo posible para sobrevivir en medio del caos. El realismo es desgarrador, no omitiendo pasajes que, por su crudeza, rara vez tienen cabida en una animación de este tipo (bombardeos, cuerpos carbonizados, muerte, destrucción…). La película no priva al espectador de ningún pasaje, por muy duro que sea, y lo muestra con una estética capaz de embellecer lo más monstruoso…

¿Por qué mueren tan pronto las luciérnagas?, pregunta en unas de las escenas Setsuko a su hermano. Este no contesta. La cuestión planteada por la pequeña no tiene una fácil respuesta. ¿Acaso no encierra esa inocente pregunta otras de imposible resolución? ¿Por qué existe la muerte? ¿Por qué lo bello resulta tan efímero? ¿Por qué los hombres arrebatan la vida de otros hombres sin ni siquiera conocerlos, tan sólo por el hecho de cumplir las órdenes que reciben de unos superiores a los que tampoco conocen? ¿Qué sentido tiene la guerra?
Las preguntas de Setsuko, no tienen respuesta… pero ella pregunta a medida que piensa. Es que “la evidencia de la muerte, dirá Savater, no sólo deja a uno pensativo, sino que le vuelve a uno pensador (…) es la conciencia de la muerte la que convierte la vida en un asunto muy serio para cada uno, algo que deba pensarse. Algo misterioso y tremendo, a favor de lo cual tenemos que esforzarnos y reflexionar”...
Hasta aquí hemos visto como distintos códigos literarios, gráficos, cinematográficos, plásticos, confluyen en la literatura infantil para dar forma a una lectura de efecto multiplicador haciendo de la experiencia un hecho estético…
¿Podremos sostener entonces que la literatura infantil ha sido capaz de evolucionar, transformarse y actualizarse haciendo uso de diferentes lenguajes para dar lugar a productos artísticos, con una lógica de la estética capaz de abordar los grandes temas que interesan a los niños?...  

                                          La Tumba de las luciérnagas
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  • Jorge Larrosa. Inés Assuncào de Castro. José de Sousa (compiladores). Miradas cinematográficas sobre la infancia. Miño y Dávila. Bs. As. 2007

  • Jorge Larrosa. El rsotro enigmático de la infancia. A modo de presentación. 
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Y del cine, nos vamos al Teatro, porque un buen motivo nos invita:

En el año 1967 nacía y se estrenaba, en Córdoba, una obra de Teatro Infantil cuyo guión fue escrito por Laura Devetach: "El Petirilío y etc etc." Dicha obra, halló cobijo, también, en México, durante los años 1974 y 1976, 1977 y 1978. 
Desde entonces, cuarenta y siete años pasaron para, al fin, poder anunciar, con mucha emoción, este otro nacimiento que nadie querrá dejar de ver: Sí, el de la Obra de Teatro "El Petirilío y etc. etc.", que será editada, por primera vez, por la Editorial Comunicarte... y entonces, muy pronto, todos, todos, podremos darle la bienvenida con ese amor que se prepara desde antes del nacimiento, para recibirla y acunarla por primera vez... 

Aquí un adelanto para ir encontrándonos visualmente...


 el resto, ya vendrá... muy pronto...

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